viernes, 23 de mayo de 2008

FALLECE IRENA SENDLER, LA SCHINDLER POLACA.


Activista de la resistencia contra los nazis, salvó a 2.500 niños de ser trasladados a campos de concentración.

AGENCIAS - Varsovia - 12/05/2008

La historia de Oskar Schindler, el empresario alemán que salvó la vida de cientos de judíos empleándolos en sus ruinosas empresas, tiene una versión femenina en Polonia.

Se llamaba Irena Sendler y ha muerto hoy a los 98 años, según ha informado su familia. Sendler está considerada como una de las grandes heroínas de la resistencia polaca a los nazis: evitó que 2.500 niños judíos fueran trasladados a campos de concentración colocándolos en familias católicas.

Irena arriesgó su vida en la Varsovia ocupada de los nazis como miembro de la resistencia polaca. Pero su mayor hazaña, por la que estaba considerada como una heroína en su país fue la de sacar del gueto de Varsovia a 2.500 niños judíos. Los sacaba del gueto de las formas más inverosímiles. Luego los ocultaba en familias católicas y en conventos para evitar que acabaran en los terribles campos de concentración nazis.

Para salvaguardar la seguridad de los niños, escondía sus nombres y sus nuevas identidades en botes de conserva que enterraba bajo un manzano cercano a su casa. Su trama fue descubierta por los nazis y fue condenada a muerte, pero los resistentes polacos lograron rescatarla de manos de la Gestapo cuando era conducida al patíbulo. Por su labor, fue propuesta el año pasado por Polonia para recibir el premio Nobel de la Paz, que finalmente fue a parar al norteamericano Al Gore.

"Me educaron e la idea de que hay que salvar al que se ahoga, sin tener en cuenta su religión o su nacionalidad", le gustaba decir. Nació en febrero de 1910 y trabajaba en Varsovia como asistente social con familias pobres judías antes de la ocupación nazi. Desde el otoño de 1940, comenzó a arriesgar su vida para llevar alimentos, ropa o medicinas a los judíos confinados en el gueto de la capital polaca. Unos 450.000 judíos fueron hacinados en un barrio de Varsovia, del que luego fueron trasladados a campos de concentración, sobre todo al de Treblinka.

A finales de 1942, se unió al movimiento de resistencia Zegota (Consejo de Ayuda a los Judíos). Fue entonces cuando comenzó a sacar clandestinamente a niños judíos del gueto, a los que después entregaba a familias católicas y a conventos. Los escondía en maletas que luego eran transportadas en camiones de bomberos o de basuras, o simplemente en manos de personas que tenían acceso al gueto, como ella misma y su equipo de asistentes.

Fue arrestada el 20 de octubre de 1943, después de que los nazis aplastaran la rebelión del gueto, y fue torturada por la Gestapo. Nunca hablo ante sus torturadores, por lo que fue condenada a muerte y fue milagrosamente rescatada por un oficial alemán que se había unido a la resistencia polaca cuando ya enfilaba el camino a su ejecución. Continuó trabajando con otra identidad hasta que acabó la guerra. Entonces, se encargó de la supervisión de orfanatos y asilos en Varsovia.

Pese a todo, su historia no fue conocida en su país, tapada por los 40 años de régimen comunista, hasta que un grupo de estudiantes estadounidenses la descubrieron y la difundieron a todo el mundo. Como era de esperar, la historia llamó la atención de Hollywood, donde ahora se prepara una película. No obstante, el memorial israelí del Holocausto, el Yad Vashem, le concedió en 1965 el título de Justa entre las Naciones, que otorga a los gentiles que contribuyeron a salvar a judíos.

miércoles, 12 de marzo de 2008

LOS NUEVOS PECADOS CAPITALES

LA IGLESIA PROCLAMA: LOS NUEVOS PECADOS CAPITALES

HAY UNOS CUANTOS QUE TRATAN SOBRE EL MEDIO AMBIENTE. TE PRESENTAMOS UNA FICHA DE TRABAJO.


SOLO LA ECOLOGÍA HUMANA PUEDE RESOLVER LOS PROBLEMAS AMBIENTALES
El obispo Giampaolo Crepaldi considera que los cristianos deben contribuir hoy a desarrollar una cultura ecológica equilibrada, libre de condicionamientos ideológicos.
El secretario del Consejo Pontificio Justicia y Paz hizo su propuesta el 21 de febrero en un congreso que convocaba en la capital italiana a diputados y senadores de varios partidos, así como 17 fundaciones, institutos y asociaciones empeñadas en la defensa del medio ambiente y en la promoción de la ecología humana.
Promovido por el profesor Paolo Togni, presidente de la asociación para el medio ambiente VIVA (www.vivaaa.org), el encuentro se centró en el tema «Materiales para el programa medioambiental del próximo gobierno».
Es necesaria «una renovada y equilibrada cultura ecológica y ambiental, libre de condicionamientos ideológicos capaz de orientar una eficaz e inteligente acción de gobierno», comenzó diciendo monseñor Crepaldi.
El obispo saludó con satisfacción la presencia de las numerosas asociaciones medioambientales, «expresión feliz --observó-- de la denominada avanzadilla de la sociedad civil».
Respecto a la política, monseñor Crepaldi precisó que «no puede limitarse únicamente al mundo de los problemas históricos de los partidos y del gobierno», sino que debe ofrecer su contribución para que puedan ser asumidas «las responsabilidades mismas de la sociedad civil en virtud del principio de subsidiariedad».
La doctrina social cristiana, desde los inicios de la revolución industrial propuso y promovió el principio de subsidiariedad, según el cual, como explica el número 1883 del Catecismo de la Iglesia Católica, «una estructura social de orden superior no debe interferir en la vida interna de un grupo social de orden inferior, privándole de sus competencias, sino que más bien debe sostenerle en caso de necesidad y ayudarle a coordinar su acción con la de los demás componentes sociales, con miras al bien común».
En cuanto a la información sobre el medioambiente, el secretario de Justicia y Paz subrayó la necesidad de una «higiene informativa» y criticó «una información a menudo marcada por el sensacionalismo», denunciando el elevado «índice de contaminación informativa».
Por esto, monseñor Crepaldi urgió a «una obra de promoción educativa a todos los niveles, partiendo de presupuestos ético-culturales, no deudores de ideologías un tanto extravagantes y a fin de cuentas inhumanas».
Hablando de la doctrina social de la Iglesia, el prelado precisó que «tanto en el campo medioambiental como en la vida, para lograr obtener resultados no hay que concentrarse en la naturaleza materialmente entendida sino en el hombre y su vocación, y en Dios que ha querido asociar al hombre a su creación».
«Parece una paradoja --explicó monseñor Crepaldi--, pero para desarrollar una cultura del ambiente natural hay que tomar distancia y apuntar a lo que es verdaderamente esencial: el bien auténtico de las persona humana y el verdadero bien común».
«Como consecuencia --sostuvo--, pero sólo como consecuencia, salvaremos también a las focas y al panda, los acuíferos y el aire que respiramos. Sólo la ecología humana resuelve verdaderamente los problemas de la ecología ambiental».
El secretario del dicasterio vaticano explicó el decálogo para un medio ambiente a medida del hombre según la doctrina social de la Iglesia, partiendo de la Sagrada Escritura que indica los criterios morales fundamentales para afrontar la cuestión medioambiental, es decir «la persona humana, hecha a imagen y semejanza de Dios Creador» y «la encarnación de Jesús».
En segundo lugar, monseñor Crepaldi subrayó que «no se debe reducir de modo utilitario la naturaleza a mero objeto de manipulación y explotación» y «no se debe absolutizar la naturaleza, ni superponerla en dignidad a la misma persona humana».
En tercer lugar, el secretario de Justicia y Paz subrayó que la cuestión medioambiental afecta a todo el planeta, «patrimonio común del género humano», cuya responsabilidad se extiende «no sólo a las generaciones presentes» sino también a «las futuras».
En cuarto lugar, el obispo subrayó «el primado de la ética sobre la técnica» y «la necesidad de salvaguardar siempre la dignidad del ser humano».
En quinto lugar, monseñor Crepaldi afirmó que «no hay que considerar a la naturaleza como una realidad sagrada o divina, sustraída a la acción humana» y que por este motivo «son indeseables las intervenciones del hombre cuando dañan a los seres vivos o al medio ambiente natural, mientras que son loables cuando se traducen en su mejora».
En sexto lugar, subrayó «la necesidad de armonizar las políticas de desarrollo con las políticas medioambientales, a nivel nacional e internacional» de modo que «toda actividad económica que se avale de los recursos naturales, debe también preocuparse de la salvaguardia del medio ambiente y prever sus costes, que hay que considerar como una capítulo esencial de los costes de la actividad económica».
En séptimo lugar, monseñor Crepaldi subrayó que «la cuestión medioambiental exige que se obre activamente por el desarrollo integral y solidario de las regiones más pobres del planeta», recordando el destino universal de los bienes donados por el Creador y el compartir tales bienes según la justicia y la caridad.
En octavo lugar, el secretario del dicasterio vaticano expresó la necesidad de que «la responsabilidad hacia el medio ambiente encuentre una traducción adecuada a nivel jurídico» y que sea elaborada «según las exigencias del bien común.
En noveno lugar, monseñor Crepaldi sugirió estilos de vida «inspirados en la sobriedad, en la templanza, la autodisciplina, a nivel personal y social».
En el décimo y último punto del decálogo, explicó que «si se pone entre paréntesis la relación con Dios, se vacía la naturaleza de su significado profundo, empobreciéndola». «Si en cambio se llega a redescubrir la naturaleza en su dimensión de criatura, se puede establecer con ella una relación comunicativa, captar su significado evocativo y simbólico, penetrar así en el horizonte del misterio que abre al hombre el paso hacia Dios, Creador de los cielos y la tierra».
«De este modo --concluyó-- el mundo se ofrece a la mirada del hombre como huella de Dios, lugar en el que se desvela su potencia creadora, providente y redentora».

jueves, 28 de febrero de 2008

"Los garabatos de Dios", tercer libro de una mujer pentapléjica. Entrevista con Olga Bejano.

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«Los garabatos de Dios», tercer libro de una mujer pentapléjica
Entrevista con Olga Bejano
MADRID, lunes, 18 febrero 2008 (ZENIT.org).- Lleva más de dos décadas sin poder hablar. Respira a través de un respirador artificial, se alimenta con una sonda, ha sufrido casi 200 neumonías durante este tiempo, varias decenas de intervenciones quirúrgicas... La vida es cada vez menos fácil para Olga Bejano, de 44 año, pero ha decidido continuar «trabajando» y luchando para dar a conocer todo el potencial de sabiduría que lleva dentro.
Después de haber escrito «Voz de Papel» y «Alma de Color Salmón», sale ahora a la luz su última obra, «Los Garabatos de Dios», en la editorial LibrosLibres. Con motivo de su publicación, Olga ha concedido esta entrevista en la que explica los porqués de esta obra, repasa su situación actual y da razones de su esperanza en medio del dolor.
--Lo primero, lo que todos quieren saber, la pregunta que siempre surge en los foros... ¿Cómo estás?
--Olga Bejano: Fatal, físicamente una neumonía cada semana y psicológicamente muy cansada de tanto luchar con la burocracia. Llevamos dos meses sin enfermera y como soy una enferma de U.C.I., mi madre hace tres turnos ella sola. Estoy encamada todo el día y casi incomunicada.
--En segundo lugar, enhorabuena por tu tercer libro, y por todo el esfuerzo que ha supuesto. Dices en tu libro que el Cielo te pidió «en sueños, como quien no quiere la cosa», que escribieras otro libro. ¿Cómo fue?
--Olga Bejano: En este libro explico cómo el Señor me ha ido enviando a lo largo de estos veinte años porciones de conocimiento y sabiduría. Estos maravillosos regalos, eslabones de una misteriosa cadena, me han permitido abrir mi mente, madurar y crecer espiritualmente. Al principio no era consciente de lo que el Señor estaba haciendo conmigo y, ante la aparición de los regalos divinos, decía lo que casi todos los mortales: «¡Qué casualidad, qué coincidencia!». Hasta que, poco a poco, me fui dando cuenta de que todas esas casualidades y coincidencias no eran tales, y que todas, toditas, todas venían del Cielo. El Cielo hace las cosas más grandes de la manera más sencilla y todos sentimos cuándo un sueño es diferente.
--¿No quedaba suficientemente reflejada la importancia que la religión tiene en tu vida en los otros dos libros? ¿Por qué añadir más?
--Olga Bejano: ¡Ni muchísimo menos! De toda mi evolución espiritual y religiosa he dicho lo que me ha salido del corazón en cada momento, pero queda mucho en mi interior.
--Ahora ya, por fin, ¿tienes los deberes cumplidos?
--Olga Bejano: Eso sólo Dios lo sabe, aunque a mí trabajo no me falta, pero lo más importante ya lo he hecho y lo he comprendido.
--¿La relación con Dios que tienes ahora ha sido un regalo de tu enfermedad, o más bien de tu experiencia cercana a la muerte?
--Olga Bejano: Las dos cosas van unidas. Para mí la enfermedad no es ningún regalo. Los seres humanos somos materia y alma. La materia se puede deteriorar por muchas circunstancias y si uno acepta la situación de forma positiva, puede ser una oportunidad para madurar y crecer como persona humana y espiritualmente. Dios me da otro tipo de regalos poniendo en mi vida un equipo médico de cuidados paliativos fabuloso, un montón de amigos que siempre están cuando los necesito, mi familia, vosotros los lectores, etc.
--¿Deseas decir algo a tantas personas que alrededor del mundo te conocen, te quieren y rezan por ti cada día, aunque nunca te han visto personalmente?
--Olga Bejano: Desearía gritar que valoren su vida, que la sepan vivir sanamente, que vivan en paz y que sepan ser felices con lo que son y con lo que tienen.
Que aprendan a ser felices y así podrán hacer felices a los demás. No se puede dar lo que no se tiene.
--¿Cómo te gustaría terminar esta entrevista?
--Olga Bejano: Todos sabemos que lo peor de una enfermedad incurable es el principio y el final. Mi «sprint» final, por muchos motivos, me está resultando muy difícil, por eso pido oraciones en abundancia y a mis lectores siempre os estaré agradecida porque habéis sido un estímulo para seguir viviendo al límite de lo imposible.

CINCO CARDENALES A FAVOR DE UN QUINTO DOGMA MARIANO.PIDEN DECLARAR A MARÍA MADRE DE LA HUMANIDAD.

ROMA, miércoles, 13 febrero 2008 (ZENIT.org).- Cinco cardenales han enviado una carta invitando a los purpurados de todo el mundo a unirse a ellos para pedir a Benedicto XVI que declare un quinto dogma mariano que «proclamaría la plena verdad cristiana sobre María».
El texto, dado a conocer la semana pasada, incluye la petición al Papa de proclamar a María «Madre espiritual de toda la humanidad, corredentora con Jesús Redentor, mediadora de todas las gracias con Jesús único mediador, abogada con Jesucristo en favor del género humano».
Los firmantes de la carta son cinco de los seis cardenales promotores del simposio internacional sobre la Redención mariana, celebrado en Fátima en 2005: Telesphore Toppo, arzobispo de Ranchi (India); Luis Aponte Martínez, arzobispo emérito de San Juan (Puerto Rico); Varkey Vithayathil, arzobispo mayor de Ernakulam-Angamaly (India); Ricardo Vidal, arzobispo de Cebú (Filipinas); Ernesto Corripio y Ahumada, arzobispo emérito de Ciudad de México.
El cardenal Edouard Gagnon, fallecido en agosto pasado, era el sexto cardenal promotor de la conferencia de 2005. Fue presidente del Consejo Pontificio para la Familia de 1974 a 1990, cuando se retiró.
El secretariado de los cinco cardenales ha difundido la versión inglesa de la carta, que incluye una traducción y el texto original en latín del «votum», o petición, formulado en 2005 y presentado formalmente al Papa por el cardenal Toppo en 2006.
«Creemos --afirma la declaración-- que es el momento oportuno para una solemne definición o clarificación sobre la constante enseñanza de la Iglesia respecto a la Madre del Redentor y su cooperación única en la obra de la Redención, así como su papel en la distribución de la gracia y en la intercesión por la familia humana».
Subrayando las preocupaciones ecuménicas, la petición añade: «Es muy importante [...] que las personas de otras tradiciones religiosas reciban la clarificación, al máximo nivel de auténtica certeza doctrinal que podamos proporcionar, de que la Iglesia católica distingue esencialmente entre el papel de Jesucristo, Redentor divino y humano del mundo, y la única pero secundaria y dependiente participación humana de la Madre de Cristo en la gran obra de la Redención».
El texto añade que el cambio sería «la máxima expresión de claridad doctrinal al servicio de nuestros hermanos y nuestras hermanas cristianos y no cristianos que no están en comunión con Roma».
La proclamación del quinto dogma mariano sería un «servicio de clarificación a las otras tradiciones religiosas y un proclamar la plena verdad cristiana sobre María».
«Esta iniciativa --añade la declaración-- pretende también iniciar un diálogo mundial en profundidad sobre el papel de María en la salvación para nuestra época».
«Si este esfuerzo resultara coronado por el éxito, una proclamación sería un evento histórico para la Iglesia como quinto dogma mariano definido en su historia bimilenaria», afirman.
Según el cardenal Aponte Martínez, ha llegado «el momento de la definición papal de la relación de la Madre de Jesús con cada uno de nosotros, sus hijos terrenales, en sus papeles de corredentora, mediadora de todas las gracias y abogada».
«Proclamar solemnemente a María como madre espiritual de todos los pueblos quiere decir reconocer plenamente y oficialmente sus títulos y por tanto activar, reavivar las funciones espirituales, de intercesión, que ofrecen a la Iglesia para la nueva evangelización y para la humanidad, en la delicada situación mundial que vive actualmente», añade.
Traducido por Nieves San Martín